miércoles, 17 de junio de 2009


Movimiento - Cuerpo

Mi cuerpo se deslizó en tus manos
Tus manos cálidas y amplias
Retornaron la sensibilidad de mi cuerpo
A mi alma

Tu fealdad y mi fealdad desaparecieron al
Regalar y entregarme las caricias que
Expandieron mi confianza y placer en éste cuerpo
Dejado en tus manos blandas

Besos lubricados y sensuales
Que aterrizas en mi pecho y cuello
Besos tibios endulzados por tu saliva
Rica en pasión y alma pura

Tu danza la llevaste a mi cuerpo, tu danza
La cobijaste con tus manos enteras
Que recorrían, apretaban cada parte
Los espacios planos y curvos de mi cuerpo

Me regalaste más de lo que vos sabes
Pues así es, damos sin saber qué es lo que damos
Tocamos sin saber que ese toque le puede
Revelar mil mundos al cuerpo que vos
Tienes encima

Me girabas hacia ti, lo hacías de la forma
En que danzabas, con tiempo y con sentido
Ahorrando energía y movimientos
Todos y cada uno precisos.

martes, 15 de abril de 2008

Una mujer de dos pieles

Una mujer de dos pieles


Corre la mujer, respira profundo, con ligereza se mueven sus piernas, brazos y caderas. Recibe en su rostro caricias que el aire le regala, ella agradece y cierra sus ojos para dejar que sólo su piel y cuerpo sientan al máximo. Un aire fresco, lizo, suave dibuja en su rostro una sonrisa, un placer que desemboca en un estar más presente que nunca, en ese trote, en ese caminar.

Iba descubriendo como su cuerpo, su piel, expresaban un placer, un bien estar que la llevaba a regocijarse con ella misma, a sonreír y a sonreírse. Sentía con mayor profundidad y sensibilidad su presente, se observaba y notaba como su mente la llevaba al pasado, presente y futuro y en este al final se daba cuenta cuan creativa era ella y cuanto de eso que veía era mas de sus antecesores y esquemas sociales que lo que realmente ella estaba y deseaba tener; todo le evocaba mil y una cosa: tristezas, alegrías, añoranzas, amores, familia, sueños, esperanzas… en alguna de esas ocasiones, meditando, recordó lo que su gran amigo le dijo entre conversaciones, que éramos un universo lleno de posibilidades y que nosotras al pensar en el futuro, al intentar construir un futuro nos arriesgábamos a limitarnos. Su tarea era seguir sintiendo y viviendo el presente como el todo, como el único quizás.

Le encontraba más sentido a su vida nocturna, ella decía -en la noche seguimos viviendo, sólo que desde el sueño-. Los sueños nos dicen, nos hablan de nuestra vida, de nuestro estar en este mundo. Entonces cada noche, al recostarse, al cerrar sus ojos y pronunciar a sus adentros y decirlo en voz alta -vida qué me dirás ahora, quiero estar lúcida y presente en el sueño- en su rostro surgía una mueca, una sonrisa; continuando entonces a seguir recorriendo la vida.

Notó que estaba viviendo con dos pieles, terca siempre intentaba ponerles nombres a las cosas, a las sensaciones que surgían dentro de ella, pues muchas le parecían desconocidas. El descubrir esa sensación de tener dos pieles, era cuando recordaba como se había sentido estando en ese lugar, con esas personas, de pronto se enteraba que lo que había hecho era lo que más le enojaba o disgustaba ver en otros y otras; ella estaba observándose, se dedicaba a atender sus emociones, su sentir. Por supuesto que en ese distinguir su actuar estaba su lenguaje, su decir.

Le gustaba, lo hacia de manera casi natural el observarse y observar por ejemplo como algo muy conocido por ella lo hacia parecer casi desconocido, por ejemplo las calles que a diario recorría lo hacia sabiendo que eran sus partes preferidas más no por ser el camino más corto; siempre decía que al tomar sus decisiones de por dónde irse estaba por delante la alegría y placer que le brindaba el entorno, lo que se podía ver del cielo, de la gente en sus calles.

Esa doble piel se diluye, se funde en una sola mujer, que cada vez que mira al cielo, que mira a sus deidades como el sol y la luna, su piel se estremece...

lunes, 14 de abril de 2008

La hilerita de esquilines



En el baño, en una de sus paredes, llamó mi atención una hilerita de esquilines, unos subían y otros bajaban, busque su inicio y era la conexión del agua con el retrete y el final no lo encontré.

Me acerqué más y me entra la curiosidad por ver lo que estaban haciendo esos animalitos, su organización y lo que llevaban consigo; algunos subían un trozo de algo muy pequeño, casi transparente, blancuzco, ah es comida, pero de la pared salían con eso, me pareció extraño, comida en ese lugar o quizás no es comida.

Mientras tanto, para mi sorpresa, en esa línea de esquilines, estaban unos cuantos rodeando a alguien, obvio a otro esquilìn, pero uno de los grandes, obstaculizándose la línea casi recta de sus amigos esquilines que continuaban su caminar; al acercarme más me di cuenta, que al veían era un esquilin mayor muerto, sus patas se veían rotas, un esquilin descompuesto, desorganizado corporalmente; los que subían se detenían a ver que era lo que pasaba, otros seguían observando. Para esto me di cuenta que había tres tipos de ellos,: los chiquitos trasparentes, los medianos oscuras y finalmente los mayores, de éstas últimas había pocas, en el vistazo que hice de fácil mas de 100 esquilines en una hilera, había de los mayores unos dos tres, y el resto que eran la mayoría, constituían la hilera.

Sigo en la observación y veo bajar a un esquilin mayor que se mete entre los que observaban y llegando al muerto, no se si le dio una píldora vuelve a la vida, que se levanta el muerto, que andaba de parranda (ya estaba crudo jaja)……así no mas, se levanto y ya, los esquilines retornaron a su línea para continuar el final de su camino, del cual no me he enterado.

Qué fue eso?, volví a repasar lo que vi antes y después y seguía resultando que si, estaba muerto, descompuesto……….pero revivió.